Las dietas modernas, en especial aquellas sin gluten, cetogénicas o ricas en verduras de hoja verde, tienden a estar sobrecargadas de oxalatos, toxinas que muchas plantas producen para defenderse y que en grandes cantidades pueden resultar muy perjudiciales. De hecho, alimentos como espinacas, camotes, cúrcuma, chía, frambuesas y almendras presentan un contenido de oxalatos particularmente alto. Por ejemplo, un smoothie de espinacas con leche de almendras contiene entre 800 y 1000 mg de oxalatos, cuando la cantidad maxima tolerable es de 250 mg al día. El exceso de estas toxinas en nuestro organismo puede provocar cálculos renales, problemas intestinales, dolor articular, inflamación, infertilidad, enfermedades autoinmunes, depresión, trastornos del sueño, osteoporosis, fatiga crónica y niebla mental. En estas páginas encontrarás la clave para cambiar tu alimentación sin que deje de ser saludable, tablas en las que se incluyen los alimentos problemáticos y sus posibles alternativas, estrategias para eliminar el exceso de oxalatos de nuestro cuerpo, así como suplementos que nos ayudarán a recuperarnos.